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Visita a bodega Cortijo El Cura. R. I.
Las bodegas recuperan el protagonismo en la Alpujarra

Las bodegas recuperan el protagonismo en la Alpujarra

Se reactivan las visitas y el sector vitivinícola se consolida como uno de los principales reclamos turísticos de la comarca

MARÍA TORRES

LAUJAR

Sábado, 19 de junio 2021, 22:14

Desconectar entre viñedos y barricas está de moda. Buscamos destinos próximos, lugares tranquilos, experiencias singulares. Superadas las restricciones de movilidad, las bodegas recuperan el pulso de su actividad habitual y vuelven abrir sus puertas al visitante. En la Alpujarra de Almería, donde se elabora el 80 por ciento de los vinos de la provincia, las visitas se han disparado.

Así lo acreditan testimonios como el de Virginia Bosquet, enóloga de Bodegas Cepa Bosquet. «La gente está deseosa por salir y estamos teniendo mucha demanda», asegura. Aunque en grupos reducidos y vigilando la distancia de seguridad entre los asistentes, la bodega se reencuentra con el visitante cada fin de semana. Recorren la bodega, se interesan por el proceso de elaboración del vino y terminan degustando los caldos en sus distintas variedades. «La mayoría son aficionados al vino que desconocen el trabajo que hay detrás de cada botella», afirma Virginia.

Fundada en 2007 en Fuente Victoria, Cepa Bosquet es una bodega familiar que ha logrado convertirse en seña de identidad en la comarca. Extrae su materia prima de viñedos propios, repartidos en 50 hectáreas del término municipal de Laujar de Andarax, y comercializa alrededor de 300.000 botellas anuales en 10 variedades diferentes. Su secreto está en no cargar la cepa: «Nuestro objetivo es lograr un vino más concentrado, con más cuerpo, que aguante más tiempo en barrica». También en el tipo de suelo: «En función del tipo de suelo y de la altitud de las viñas, la variedad es distinta».

Productos ecológicos

En Laujar de Andarax está, por su parte, la única bodega ecológica «al cien por cien» de la comarca. En Cortijo El Cura, la visita a la bodega se complementa con un recorrido por la finca, donde se puede encontrar desde una colección de aperos agrícolas y herramientas domésticas del siglo pasado hasta la recreación de una vivienda de entonces. Además, las catas se maridan con aceite de elaboración propia, pan ecológico, mermelada casera y embutidos de la tierra, a elección del visitante. «Hay mucha gente interesada en conocer cómo se trabaja en una bodega pequeña, donde el trato es más familiar y más cercano. Después de la pandemia, la gente busca zonas cercanas y de interior», corrobora Estefanía Sánchez, administradora de la finca. Al igual que en Cepa Bosquet y por motivos de seguridad, es necesario reservar la visita.

Por el contrario, aún hay bodegas que aguardan con paciencia una vuelta a la normalidad sin riesgos. En Bodegas Fuente Victoria, las visitas se han paralizado por la pandemia, pero se retomarán de forma inminente. Se ofertan desde hace más de una década e incluyen visita a las instalaciones, degustación de productos de la tierra y un recorrido por la viñas, que en este caso se reparten por Laujar, Padules, Fondón y Alcolea. Hasta este enclave llegan visitantes del resto de la provincia, pero también de las provincias de Granada y de Málaga, principalmente.

Actualmente también se puede visitar, pero con limitaciones, Bodegas Valle de Laujar. La cooperativa se fundó en 1992 y organiza visitas desde hace dos décadas. Aglutina a cerca de 200 pequeños productores de uva vinícola y sus puertas siempre están abiertas. «Ahora tenemos sumo cuidado y sólo aceptamos grupos muy reducidos, con la esperanza de volver a recuperar la normalidad», apunta Bernardo Vique, uno de sus socios.

En Fondón, por su parte, una de las bodegas de referencia es Tetas de la Sacristana. Actualmente las visitas a la tienda y a las instalaciones, ubicadas en Fuente Victoria, están canceladas con la intención de retomarlas en el mes de julio. En las catas, además, se pueden degustar embutidos de Fondón y, en tiempos de vendimia, el visitante puede ser testigo del proceso. Tetas de la Sacristana se fundó hace más de tres lustros y tiene una producción de 80.000 botellas anuales, según los datos facilitados.

El enoturismo, a debate

Para las bodegas de la Alpujarra de Almería, la cuna del enoturismo en Andalucía por excelencia, Jerez de la Frontera(Cádiz), no sirve de referente. «Nosotros elaboramos otro tipo de vino, somos más familiares, con un trato más cercano», matiza Virginia Bosquet. A su juicio, para el despegue del enoturismo en la comarca es necesario afianzar la unidad del sector, reforzar el apoyo institucional y aumentar la promoción.

En esta misma línea se posiciona José López, gerente de Tetas de la Sacristana, y Bodega El Cura. «Somos un reclamo turístico para toda la comarca, promocionamos los productos locales y apoyamos la economía rural», alegan en su defensa para reivindicar más apoyo por parte de las instituciones.

No obstante, el sector reconoce que es está trabajando en este aspecto y que se ha avanzado en los últimos años. «La comarca [de la Alpujarra almeriense] está bien posicionada y el turismo empieza a consolidarse», apunta Bernardo Vique. «El alojamiento también es importante y nos hacen falta más plazas» añade Ignacio Suárez, de Bodegas Fuente Victoria. En la zona existe una oferta limitada de negocios hoteleros que pone márgenes a la afluencia.

De lo que nadie duda y lo que todos comparten es el potencial de un 'maridaje' esperanzador para la comarca de la Alpujarra, un mar de viñedos para la provincia de Almería en un entorno natural espectacular.

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