Fondón convierte en peatonal la calle Atalaya y construye una plaza

La transformación de la calle Atalaya de Fondón está en marcha. Con un presupuesto de 50.000 euros, las obras para mejorar la estructura de esta vía han dado comienzo. El proyecto contempla eliminar las barreras arquitectónicas que dificultan el tránsito de los vecinos, depurar los problemas de humedad y convertirlo en tramo peatonal.

Según ha informado el Ayuntamiento, la actuación responde a una demanda vecinal. Han pasado casi tres décadas desde que se acometieron las últimas mejoras en esta calle. Los primeros trabajos se centraron en concluir las labores de trasplante de los árboles y arbustos de la vía, punto de arranque de las obras de remodelación, rehabilitación y embellecimiento.

Para el equipo de gobierno que dirige Valentín Martín, alcalde de Fondón, es prioritario acabar con los problemas de humedad que padecen principalmente los vecinos «de la fila este», principalmente, y con la acumulación de agua en las cámaras de los cimientos de las viviendas de la calle Atalaya. Un hallazgo, este último, que se detectó durante las obras de mejora en la calle paralela. Además, teniendo en cuenta que el 70 por ciento de la población que reside en la localidad padece movilidad reducida, se considera fundamental terminar con las barreras arquitectónicas.

Transformar la calle Atalaya, «inaccesible» para algunos vecinos hasta la fecha, en un espacio apto para todas las personas es otro de los objetivos prioritarios. «La calle Atalaya, un espacio aislado y poco transitado por los vecinos del pueblo en general, se convertirá en una calle peatonal, no accesible para coche, totalmente integrada en el conjunto urbano del municipio», han avanzado fuentes municipales.

La vía registrará también un giro importante desde el punto de vista estético. Las cuatro zonas áridas «de escasa vegetación» que, hasta la fecha, decoran la calle dejarán paso a dos jardineras longitudinales: «Ocuparán de principio a fin de la calle, con nueva vegetación, hasta el doble de árboles y arbustos de los que existían), cuidada con una instalación de riego por goteo».

Por último, se sustituirá el actual pavimento de hormigón, que se encuentra «muy deteriorado, escamado, con grietas y socavones». La calle Atalaya estrenará adoquines y hormigón impreso, «imitación teja alpujarreña». Una plaza central, cubierta por una pérgola vegetal y presidida por una fuente ornamental, pondrá el 'broche' a esta importante inversión pública.

Está previsto que las obras, que financia la Diputación con 40.000 euros y el Ayuntamiento con 10.000, concluyan a finales de febrero.