Los niños y niñas de Dalías, protagonistas de la Semana Santa

Durante la mañana, el centro educativo se transformó para acoger una auténtica Procesión Infantil, en la que no faltaron detalles propios de una Semana Santa tradicional. Los niños y niñas, ataviados con trajes de mantilla, túnicas, y costales, representaron con entusiasmo y respeto cada uno de los papeles. Uno de los momentos más emotivos fue la salida del trono, llevado por pequeños costaleros, que, al ritmo de la música, recorrió los alrededores del centro.

El evento, que se celebra ya como una tradición anual, tiene como objetivo fomentar desde edades tempranas el conocimiento y la vivencia de las tradiciones locales, además de promover valores como la colaboración, el respeto y la identidad cultural. Esta representación simbólica permite a los más pequeños vivir de primera mano lo que, en unos años, podrán experimentar como cofrades de pleno derecho en alguna de las hermandades del municipio.

La Procesión Infantil fue seguida por decenas de personas, entre familiares, vecinos y vecinas de Dalías, que se acercaron hasta el centro para acompañar a los niños y disfrutar del ambiente cofrade. Entre los asistentes destacó también la presencia de un grupo de mayores de la Residencia Profesor Gabriel Callejón, que se desplazaron expresamente hasta la escuela infantil para compartir con los más pequeños una jornada entrañable. Su participación aportó un valor intergeneracional muy especial, al permitir el encuentro entre generaciones en torno a una tradición común.

El alcalde, Francisco Lirola ha querido felicitar públicamente a la escuela, a las familias y los colaboradores y, «sobre todo, a los niños y niñas por su implicación y entusiasmo, destacando la importancia de este tipo de iniciativas que permiten mantener vivas las costumbres locales desde la infancia».

Con iniciativas como esta, Dalías no solo celebra su Semana Santa, sino que garantiza su continuidad, sembrando en los más pequeños el amor y el respeto por sus raíces. La emoción vivida en esta jornada demuestra que las tradiciones, cuando se comparten con ilusión, se hacen aún más grandes.