Otro destino para la Rambla del Zarzal

El alcalde ha subrayado la relevancia de esta actuación resaltando su ubicación: dice que se trata de una zona con un gran valor patrimonial y cultural para nuestra ciudad, lo que constituiría una razón de peso para haberla embellecido con bancos, árboles, vegetación y alguna fuente para los visitantes que vengan y para los propios abderitanos, en lugar de convertir Adra en una ciudad de cemento, rotondas y asfalto.

Esto es la continuidad en el tiempo de una actuación, la de «mejora integral» del PP, que no hecho sino encadenar chapuzas, ya que en los últimos años se han llevado a cabo hasta tres intervenciones donde se movió medio centímetro la estatua del labrador y se destrozó el entorno donde descansaba.

La remodelación de la Rambla del Zarzal está en el origen de una reciente sentencia que obliga al Ayuntamiento de Adra a pagar más de 120.000 euros por la expropiación de los terrenos frente a la casa de Los Oliveros. Ahí había prevista la creación de una parada de autobús a las puertas del Museo de Adra para facilitar la llegada de visitantes y de las visitas turísticas que nunca llegó a hacerse, porque se comprobó a posteriori que era inviable el paso de autobuses por la zona. Ahora ha llegado el turno del ensanchado de las aceras, de nuevo sin contar con la opinión de quienes más conocen las necesidades del entorno, los vecinos, que una vez más han exigido al Ayuntamiento que piense en los aparcamientos necesarios en la zona y que, cuando se realice una obra, sea para el bienestar de todos o, al menos, de la mayoría.

En definitiva, volvemos a ver más dinero despilfarrado, sin un proyecto claro y adaptado a las necesidades de los vecinos y visitantes, lo que demuestra que el PP va parcheando distintas zonas del municipio para aparentar estar haciendo cosas, pero sin tener en cuenta las verdaderas necesidades de los vecinos de la Rambla del Zarzal.

Desde el PSOE entendemos que si se va a proceder a la remodelación de un entorno, es necesario contar con un proyecto serio y adaptado a la realidad y, por supuesto, contar con los vecinos, sabios en lo que realmente necesita el entorno. Además, nuestro pueblo necesita menos gris y mucho más verde: provoca mucha tristeza ver que donde mete la mano el PP, al final sólo hay ladrillo y cemento.