Homenaje póstumo a Antonio Ortega
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OBITUARIO ·
El Club Náutico de Adra ha organizado una regata de verano en su memoria, que será este fin de semana, y uno de los socios de la entidad envía a IDEAL estas palabras para recordarloJosé M. Rubias
Adra
Martes, 27 de agosto 2024, 19:32
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El pasado 20 de junio nos dejó en Madrid un abderitano genial, una de esas personas que en la sombra y sin hacer mucho ruido dejan una huella profunda y anónima en aquellos que estuvieron a su alrededor. Como algunos pioneros, socio fundador del Real Club Náutico de Adra, fue el principal promotor de la vela deportiva en la milenaria ciudad, y llevó el antiguo nombre del pueblo por todo el Mediterráneo, bien grande y visible en las amuras de su velero: ABDERA.
Nieto del también Antonio Ortega, el químico del ingenio de Adra a principios del siglo pasado, donde se crió y vivió sus primeros años, también se licenció en Ciencias Químicas como él, aunque su verdadera vocación fue la docencia, a la que dedicó toda su vida enseñando dentro y fuera de la clase todo lo que, como ávido lector y curioso, iba aprendiendo.
Allí, en el ABDERA, nació algo más que una una fraternal relación de amistad, entre educador, padre, amigo y confidente.
La bañera del ABDERA fue nuestro santuario, donde nos fuimos conociendo por fuera y por dentro en mil travesías con horas y horas de silencios, confesiones y consejos. Donde me enseñaste rumbos nuevos de caminos ocultos, secretos, pequeños placeres que aún colorean mi caminar.
Me pediste afrontar esta última travesía juntos sin tristezas ni lágrimas y así fue, con la ayuda debo confesar, de unas cuantas drogas: tan solo lloramos juntos, abrazados de emoción, ante tu última confesión que, una vez más, solamente se respondía con una mirada y un silencio que por reciente, aun retumba en mis oídos.
Y en esta querida bañera, lugar para mi privilegiado, acaso santuario privado, no te lloraré pues es lugar de gozo, paz y alegría… y porque me quedé sin lágrimas ya hace algunas semanas. Los tres crecimos juntos y los tres, Abdera, tú y yo, nos hemos cuidado, y así seguirá siendo: unos desde tu querida Adra, tú desde donde el gran Dios quiera. Y descuida, que tu adorable y estudiosa mujer Loles, la rebelde Paty, y la silenciosa emocional Vero, también estarán en la reunión de patrones con nosotros, únicos y decididos como aquel Barón Rampante que tanto nos enseñó.
Desde allí, desde la ahora enorme y vacía bañera del ABDERA seguiré escuchándote incansable y pertinaz: dale camino Chi, dale camino y que no se pare… Que tu rumbo es tuyo y de nadie más, pero con el viento de proa hay q llevar velocidad para seguirlo, así que no se pare. Dale camino y orza… orza… orza… y cuando las olas y el viento de proa te quieran parar ¡dale camino! Que en la vida hay que llevar velocidad para seguir tu rumbo, ¡el tuyo!, para reírte del resto del mundo, jajajaja ¡a quién le importa!, y ver a los demás en su sosa ensalada sin sal ni pimienta, tristes y grises, aborregados, sin conocer el verdadero secreto de la felicidad jajajajaja, ¡que se queden con sus pantocazos mientras miran con envidia tu popa!
Dale camino Chi, y busca tu equilibrio entre rumbo y velocidad, ¡el tuyo!. Dale camino y que no se pare… que no se pare…
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