'La súplica de una madre'

Cuando este chico cumplió dos años, se le diagnosticó una Encefalitis Herpética, que le ha dejado una serie de secuelas, como no poder comunicarse con sus seres queridos y decir cuando se encuentra mal, ya que tiene una discapacidad cognitiva del 81%, de esta manera ha perdido la visión de un ojo, además apenas habla, solo dice palabras sueltas como mamá, papá o guapo. Otra secuela, es la discapacidad motora que, aunque más leve, igualmente limita mucho su autonomía, y por si esto fuese poco, le quedó, otra consecuencia secundaria, los ataques epilépticos.

Si Juan Manuel estuviese escolarizado -lo estuvo hasta los 13 años- podría disfrutar de una beca que ayudaría a su familia a sobrellevar la dura carga económica que supone estar atendido por varios especialistas, pero en la sanidad privada, logopeda, fisioterapeuta y psicólogo. La ayuda económica que reciben por la Ley de Dependencia a penas cubre el 40% del gasto total. Las razones de su no escolarización son varias: para estar matriculado en Primaria ya no tienen edad, en Secundaria faltan recursos humanos, ustedes comprendan que dadas las características de su enfermedad necesita cuidados las veinticuatro horas del día. A la familia le propusieron un colegio especializado en Almería capital, pero el especialista lo desaconsejó por las dos horas de transporte diario, ya que como apuntábamos anteriormente, otro agravante de su enfermedad son los ataques epilépticos, los que requieren cuidados inmediatos. Así mismo, les dijo, que necesitaba el calor del hogar, y sentir el cariño de los suyos sería primordial para él.

Otra alternativa sería el Centro Ocupacional municipal, pero se necesitaría otra persona especialista para que le atendiese. Siempre nos topamos con la misma dificultad, la falta de recursos humanos, pero, a pesar de esto, desde el Ayuntamiento han prometido a la familia que lo intentarán, e igualmente han recibido ayuda económica puntual por parte de este. Pero la familia se pregunta: ¿Y si hubiese más personal especializado en cualquier etapa educativa o profesorado de apoyo?, ¿no sería una solución? Pero para ello, hay que invertir, no sólo en educación, también en sanidad y de esta manera, Juan Manuel estaría completamente atendido por especialistas de la Seguridad Social, y no de la sanidad privada.