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La prohibición del libre acceso a la lonja de Adra genera amenazas, agresiones y robos

María Torres

La lonja de Adra se ha convertido en una «guerra diaria» para el personal que la gestiona. Discusiones, insultos, amenazas y agresiones a los empleados forman parte de su día a día. La prohibición del libre acceso al recinto ha provocado malestar entre algunos vecinos de la localidad que se empeñan en colarse para «molestar, robar pescado o revolver los artes». Así lo ha denunciado a IDEAL la Asociación de Productores Pesqueros de Adra, adjudicataria de la explotación administrativa de la lonja desde hace unos años. Solo el personal autorizado puede acceder a la lonja y en este grupo se integran pescadores, compradores y empleados. Ni turistas ni personas ajenas a la actividad del recinto pueden pasar. Una norma que no es nueva, que está debidamente señalizada en la puerta de acceso, pero que ha empezado a generar problemas recientemente. Según los empleados que trabajan en estas instalaciones, las discusiones son diarias y las amenazas «dejaron de serlo cuando se cumplieron». «Me dicen que 'te pillo y te mato', me han pinchado las ruedas de mi coche, el otro día intentaron tirarme al agua y no me dieron una paliza de milagro», relata José Nadal, responsable de la lonja de Adra y presidente a su vez de la Asociación de Productores Pesqueros del municipio. «El 90 por ciento de las personas que entran sin autorización responden correctamente a nuestro toque de atención y se marchan, pero el 10 por ciento restante no lo respeta, intenta colarse aprovechando un descuido o saltándose la valla y con malas formas», afirma. «No damos abasto cada día echando gente a la calle», sentencia.