Padules perpetúa la paz entre cristianos y moriscos
María Torres
Como ya lo hicieran sus antepasados alpujarreños hace más de 400 años, los vecinos de Padules han vuelto a sellar la paz entre cristianos y moriscos. Esta localidad de apenas 500 habitantes se vistió de gala el pasado sábado para evocar un acontecimiento que cambiaría el rumbo de la historia. Más de un millar de personas fue testigo de esta recreación que ha sabido consolidarse como un atractivo turístico más en la comarca de la Alpujarra almeriense. Ataviados con trajes de época, las tropas cristianas recorrieron las calles de la localidad dirigidos por don Juan de Austria. Tras ser recibidas por el alcalde del municipio, Antonio Gutiérrez, se desplazaron junto con el resto de la comitiva hasta el Tajo de los Baños, un paraje convertido en un auténtico mercado artesanal con talleres donde se trabajó cuero, forja y diferentes armas. Pan, postres y otros platos típicos representaron la cocina de finales del siglo XVI.